no hay banda # 2

Mugo · Logicology

Mugo Vianna destacó en las clases de gimnasia de la secundaria por su absoluta nulidad física, por su falta de coordinación al levantar los dos brazos a la vez para atrapar una pelota de basquet y por no comprender jamás que eso que todos llamaban "potro" no debía ser alimentado con alfalfa. Sin embargo, sobrevivió a los golpes de sus compañeros (que se ensañaban con él empeñados en demostrarle que pese a ser un inútil en el deporte, siempre podría servir como balón). Logró destacar además, por su gran sentido práctico de la lógica decimal, la aritmética filosófica y las clases de estética lingüistica, pero más que nada, por aceptar hacer los trabajos de tooooodos sus compañeros de clase y ayudarlos con las materias más difíciles.

Pero Mugo no se conformaba con esto, quería más... Más que nada, a Vivi Leig-Sies. Esa rojiza niña pecosa que se sentaba en la misma línea que él, pero justo al lado del líder de la clase. Un chico guapo y de gran porte que además cantaba y tocaba la guitarra en la banda más popular de su pueblo, por el que Vivi estaba locamente enamorada. Mugo tenía claro que aquél iba a ser un duro competidor a derrocar y puso todo su empeño en conseguirlo. Siempre fue muy ambicioso en su vida... además de muy cobarde: cada vez que se acercaba a Vivi, comenzaba a sudar por las orejas, a temblar y a tartamudear como un poseso. Esto lograba robarle una sonrisa a Vivi al igual que arrancaba carcajadas de toda la clase, incluído el profesor de gimnasia, que lo aprobaba sólo por alegrarle un poco el día. Pero lo que le hizo más daño, fue saber que su "enemigo particular" creó una especie de hit que cantaba todo el colegio y que llevaba su nombre: "Mu-mu-mu-go-go-go!", haciendo clara alusión a su interminable manera de hablarle a las chicas.

Mugo quería llamar la atención de Vivi, pero no así, sino de una manera más... lógica; utilizando sus dotes de sabiduría pero al son de la música (que tanto le gustaba a ella). Entonces Mugo tomó clases de música, se compró un clarinete, ropa a la moda y antes que acaben las clases, decidió dar un concierto en el baile de Fin de Curso.

Esa noche, Mugo tenía todo preparado. Todos estaban expectantes y ansiosos (mientras él sudaba por las orejas y su cuerpo temblaba tanto que hubo que desalojar tres veces la sala porque pensaban que se trataba de un terremoto). Las luces se apagaron y un foco puntual enfocó el escenario. El cortinado rojo se abrió y descubrió a un espectacular Mugo arrancando las primeras notas de su clarinete. La especie de melodía resultó ser una intensa y aburridísima clase de lógica filosófica. Intentaba demostrar por medio de una pizarra trazada con un gigantesco pentagrama, que el amor entre él y Vivi, era en sí mismo un acontecimiento único en sincronía con el desplazamiento del universo, sólo que ella no se daba cuenta porque la guitarra del chico que le gustaba, sonaba demasiado alta con tanta distorsión.

Por suerte y antes que los chicos invadieran el escenario para convertir a Mugo en pelota de basket y lo encestaran junto con su clarinete, alguien en aquél minúsculo pueblo, grabó todo el recital y lo editó en el lado B de un disco que batió records en el año 58, y que llevaba en la cara A el hit inolvidable: "Mu-mu-mu-go-go-go!".