Mira fíjamente al ÍNCUBO y repite su nombre tres veces... Te aparecerán imágenes efervescentes que te perseguirán incluso en sueños, para revelarte que el pasado es tan intangible como el beso que podrías haberle dado a tu compañerita de sexto y nunca le diste, o como aquél gol que se fue de tu boca en un grito que empujaba el balón que nunca entró... Y aunque esto no funciona del todo bien los días de humedad, lo verdaderamente importante es que ÍNCUBO es sobre todo, el trabajo audiovisual del amigo Diego Arandojo para el que le hice la gráfica hace un tiempo y a quien conviene no perderle de vista.