yaz!

" I, me & I'm "

Role Foster era un tipo tan solitario y vanidoso como excéntrico: formaba tríos en los que él solo tocaba los tres instrumentos en escena (uno por vez) y componía canciones en segunda persona con letras dedicadas a sí mismo, que decían cosas como: "eres lo mejor que me pasó en la vida" o "yo sin tí sería menos de lo que soy ahora", tan sólo para oir como cientos de personas lo mimaban a la vez.

" Deeper "

Amadison 'Brownie' Jobson vivía contínuamente hundido. Trabajaba más de doce horas al día conduciendo trenes en los metros de New York y el resto del día lo pasaba en el bar de su primo 'Uncle Tito' (lo llamaban así luego de que muriese su padre, el tío de Amadison. Tito heredó el mote de su padre a los nueve años por ser el mayor de 7 hermanos, convirtiéndose en padre y en tío a la vez de la numerosa familia Jobson). Fue en el bar de su primo que Amadison encontró algo que lo rescataría de su ruina: un viejo saxo oxidado que un músico olvidó después de una 'jam session' que desembocó en una pelea tremenda. Amadison juró a todos que ese saxo le habló y que le había pedido: "no me dejes aquí, llévame a tu casa que yo me encargaré de hacerte subir alto, muchacho". Amadison dejó de aparecer por el bar y pidió una baja laboral para dedicarse de lleno al instrumento. "Toca solo, es mágico" diría a todos Amadison, "pero necesita mi aire para sonar". Nadie, ni su primo ni sus amigos tomaban en serio las palabras de un borracho como él, pero una noche apareció en el escenario tocando como un animal. Todo el local quedó perplejo y fue su primo quien tuvo que encargarse de sacarlo de allí a patadas. Ni una nota había resultado agradable, ni una vez había entrado a tiempo con la banda. Fue la peor representación de jazz que se había oído en aquél sitio.

Muy pronto Amadison perdió el trabajo además del poco respeto que le quedaba ante su familia y amigos. Pese a eso, nunca abandonó a su saxo y éste nunca lo abandonó a él. "Te dije que te iba a sacar de ese pozo en el que trabajabas, amigo", le repetía el saxo cada día. Amadison toca ahora en los pasillos del metro de NY más de 16 horas al día y a unos seis metros por encima de los trenes que conducía.

"Susan"

Siempre supo Sam que su sonido sembraba el salón de sensaciones, saltaba sobre las mesas, las sillas y los sombreros de los señores, soltando saturaciones sonoras, serpenteando serenatas sinuosas, sombrías y sexys sobre las señoras solas o solteras tristes a las que, solapadas en las sombras, las acariciaba con su música compitiendo con todos los hombres del lugar. Sam soltaba sus sonrisas seduciendo a todos y a todas.... salvo a Susan. La sala saqueada de sus sonidos de seda y Susan seca, inherte; sentenciando seria, sentada junto a la salida; severa como siempre, sofocando el son de Sam como un poderoso secante. En aquél sótano, Sam sucumbía, sudaba, sufría. Suplicaba un saludo, una seña, un suspiro, pero Susan siquiera se sobrecogía, más bien se iba. Siempre sola se iba por la puerta de salida. Sam no quería más que un "sí" de esa señora y no lo conseguía.

Cada sábado Susan salía del salón sin enterarse que esas serenatas sutiles eran para ella. Nunca supo Sam que esa señora que desaparecía sola por la puerta de salida, no estaba seca, ni era sádica, superflua o sonámbula, simplemente era sorda como una tapia.